Tenemos ansiedad y ahora necesitamos saber porqué la tenemos, como es la ansiedad, para poder combatirla. Cuanto más investigamos más crece la ansiedad. Ponle freno ahora.
Tras muchas sesiones de terapia, algunos especialistas defienden que para curar la ansiedad hay que profundizar en los orígenes mientas que otros dicen que se puede curar sin saber a qué se debe.
De la misma manera que es posible curar una alergia sin saber porqué se ha producido, lo cierto es que si lo que tienes es una alergia al polen y te dedicas al cultivo de plantas sería conveniente conocer tu entorno pues, se puede curar, pero en cuanto vuelvas al trabajo volverás a recaer y, por tanto, para prevenirla será mejor que vuelvas a trabajar provisto de una mascarilla contra el polen.
La medicina occidental se caracteriza por dar soluciones más o menos rápidas a un problema sin hacer muchas preguntas de qué es lo que lo ha desencadenado. La medicina oriental, en contraposición, busca un análisis mas completo de la persona y su entorno intentando solucionar tanto el problema en sí como lo que lo ha provocado con el fín de evitar recaídas.
No intentamos decir que una sea mejor que la otra. En realidad ambas han demostrado su efectividad y elegir una u otra dependerá de nuestras preferencias aunque ¿porqué no quedarse con lo mejor de cada una en nuestro afán de descubrir como es la ansiedad y cómo podemos superarla?.
Un problema añadido al hecho de querer conocer las causas es que, como dice el refrán: sólo vemos la paja en el ojo ajeno.
No hace mucho tuve la posibilidad de hablar con un maestro, el cual había llegado a la conclusión de que el origen de todas sus dolencias era precisamente su trabajo.
Su razonamiento era sencillo: si cuando me levanto para ir al trabajo estoy peor que cuando lo hago en días festivos, si cuando estoy en el trabajo tengo más acentuados los síntomas que cuando estoy en casa, si..., la conclusión es que el problema es el trabajo.
Ante este razonamiento le sugerí que se planteara si ya no le gustaba la docencia, si en otro trabajo se encontraría mejor y, lo más importante, si realmente lo que no quería era ir al trabajo o por el contrario lo que no quería era ir sintiéndose mal.
Reconoció que su trabajo era su pasión laboral y que continuaba gustándole la profesión, el problema era que no se sentía con fuerzas de seguir haciéndola en su estado.
A esto nos referimos con la dificultad para encontrar el auténtico origen del problema: normalmente la nebulosa de pensamientos cruzados en los que nos tiene inmersos la ansiedad nos impide ver lo que para otros es obvio.
Llegados a este punto lo ideal es recurrir a especialistas entrenados en distinguir entre los pensamientos erróneos y los adecuados (normalmente los psicólogos), pero tampoco viene nada mal el escuchar con mente abierta las opciones de la gente que nos rodea y nos conoce.
Tendemos a considerar que nadie nos conoce como nosotros mismos y que ellos hablan desde su ignorancia y desconocimiento de lo que realmente nos pasa y el trastorno que nos produce. Si bién esto puede ser cierto en ocasiones, también lo es que - en la mayoría de casos- son opiniones de gente que nos conoce, nos quiere y desea ayudar.
No estamos diciendo que ellos tengan razón y nosotros estemos equivocados, máxime cuando normalmente sus opiniones varían de unos a otros, sino que debemos escucharlas con mente abierta, observando sus puntos de vista y analizándolos con calma pues pueden sernos de mucha utilidad.
En este punto un consejo, truco o tip es el que utilizar una libreta: Cuando alguien nos da una opinión sobre nuestro estado debemos apuntarla en esa libreta y acto seguido nuestra opinión de porqué tiene razón y en qué parte y otro tanto con porqué creemos que está equivocado y en qué parte. Apuntado lo cual dejaremos de leerlo y analizarlo durante unos cuantos días para luego volver a releerlo con mente analítica.
Normalmente esto nos conducirá a descubrir con mayor profundidad en porque tengo ansiedad y hacia donde se debe orientar cualquier solución al problema, sobre todo de cara a evitar los detonantes de la misma.
¡Suerte!
Tras muchas sesiones de terapia, algunos especialistas defienden que para curar la ansiedad hay que profundizar en los orígenes mientas que otros dicen que se puede curar sin saber a qué se debe.
De la misma manera que es posible curar una alergia sin saber porqué se ha producido, lo cierto es que si lo que tienes es una alergia al polen y te dedicas al cultivo de plantas sería conveniente conocer tu entorno pues, se puede curar, pero en cuanto vuelvas al trabajo volverás a recaer y, por tanto, para prevenirla será mejor que vuelvas a trabajar provisto de una mascarilla contra el polen.
No intentamos decir que una sea mejor que la otra. En realidad ambas han demostrado su efectividad y elegir una u otra dependerá de nuestras preferencias aunque ¿porqué no quedarse con lo mejor de cada una en nuestro afán de descubrir como es la ansiedad y cómo podemos superarla?.
Cómo reconocer el origen, el porque tengo ansiedad.
Un problema añadido al hecho de querer conocer las causas es que, como dice el refrán: sólo vemos la paja en el ojo ajeno.
No hace mucho tuve la posibilidad de hablar con un maestro, el cual había llegado a la conclusión de que el origen de todas sus dolencias era precisamente su trabajo.
Su razonamiento era sencillo: si cuando me levanto para ir al trabajo estoy peor que cuando lo hago en días festivos, si cuando estoy en el trabajo tengo más acentuados los síntomas que cuando estoy en casa, si..., la conclusión es que el problema es el trabajo.
Ante este razonamiento le sugerí que se planteara si ya no le gustaba la docencia, si en otro trabajo se encontraría mejor y, lo más importante, si realmente lo que no quería era ir al trabajo o por el contrario lo que no quería era ir sintiéndose mal.
Reconoció que su trabajo era su pasión laboral y que continuaba gustándole la profesión, el problema era que no se sentía con fuerzas de seguir haciéndola en su estado.
A esto nos referimos con la dificultad para encontrar el auténtico origen del problema: normalmente la nebulosa de pensamientos cruzados en los que nos tiene inmersos la ansiedad nos impide ver lo que para otros es obvio.
Tendemos a considerar que nadie nos conoce como nosotros mismos y que ellos hablan desde su ignorancia y desconocimiento de lo que realmente nos pasa y el trastorno que nos produce. Si bién esto puede ser cierto en ocasiones, también lo es que - en la mayoría de casos- son opiniones de gente que nos conoce, nos quiere y desea ayudar.
No estamos diciendo que ellos tengan razón y nosotros estemos equivocados, máxime cuando normalmente sus opiniones varían de unos a otros, sino que debemos escucharlas con mente abierta, observando sus puntos de vista y analizándolos con calma pues pueden sernos de mucha utilidad.
En este punto un consejo, truco o tip es el que utilizar una libreta: Cuando alguien nos da una opinión sobre nuestro estado debemos apuntarla en esa libreta y acto seguido nuestra opinión de porqué tiene razón y en qué parte y otro tanto con porqué creemos que está equivocado y en qué parte. Apuntado lo cual dejaremos de leerlo y analizarlo durante unos cuantos días para luego volver a releerlo con mente analítica.
Normalmente esto nos conducirá a descubrir con mayor profundidad en porque tengo ansiedad y hacia donde se debe orientar cualquier solución al problema, sobre todo de cara a evitar los detonantes de la misma.
¡Suerte!
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